La guerra de Netanyahu

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

MABEL RODRÍGUEZ

14 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado año el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que no veía ·ninguna diferencia» entre Hitler y Netanyahu, a juzgar por el comportamiento de este en Gaza, lo cual constituye una extraña mistificación conceptual porque los argumentos de ambos carecen de un contenido coincidente o compartido. La cifra de 35.000 muertos y 78.000 heridos en Gaza, tras 210 días de ofensiva israelí, es la trágica y desproporcionada revancha de Netanyahu ante el ataque de Hamás contra Israel. Una respuesta brutal, cierto, pero que no tiene que ver con las sinrazones de Hitler.

Hecha la anterior reflexión, conviene recordar que Hamás es un grupo militante que lucha contra la ocupación israelí y busca la liberación de Palestina. La respuesta de Netanyahu, que está siendo brutal y desproporcionada en Rafah, ha provocado un gran rechazo internacional, que se extiende también entre los habitantes de países amigos, como es el caso de Estados Unidos. Porque la destrucción de Gaza por parte de Israel parece buscar, por encima de todo, un horizonte difícil de revertir, lo cual no dice nada bueno a favor del primer ministro Benjamín Netanyahu. La «venganza judía»puede consumarse, pero no obtendrá el respaldo sociopolítico de la comunidad internacional.

De hecho, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha pausado el envío de armas a Israel en medio del desacuerdo sobre lo que está ocurriendo en la acosada ciudad de Rafah. Según fuentes oficiales, el presidente estadounidense ha retenido el envío de 3.500 bombas, ante la preocupación de que pudieran ser usadas en un ataque de gran envergadura en el sur de Gaza y que podría ocasionar muchas bajas civiles.

Pero la realidad es que la ofensiva israelí continúa y que Netanyahu no ha mostrado la menor voluntad de detenerla, indiferente quizá a la propia condena internacional que pueda sobrevenirle. De hecho, el primer ministro israelí sigue amparándose en que él no inició esta guerra, pero que sí la terminará como quiere.