Cristóbal y sus «vueltas a todo» para el examen de fe y fútbol al que se enfrenta el Racing

Elba de la Barrera Agulló
Elba de la Barrera FERROL / LA VOZ

OPA RACING

CESAR TOIMIL

El preparador de los ferrolanos, que no aclara sí seguirá, confía en la madurez de los suyos para minimizar errores y generar espacios

03 may 2024 . Actualizado a las 23:59 h.

Centrifuga a la máxima potencia la cabeza pensante que marca el rumbo del Racing Club Ferrol en esta recta final de campeonato. Cristóbal Parralo, capaz de equilibrar a los suyos tras la salida de un tripulante del calado de Carlos Vicente, tiene ahora ante sí un galimatías de difícil solución y nada de margen para dar con la tecla.

 

Y es que este domingo ante el Tenerife (21.00 horas, LaLiga TV Hypermotion), la escuadra verde se juega otros tres puntos capitales a domicilio y, tal y como se ha evidenciado en las últimas jornadas, cada nota discordante puede suponer un revés sin vuelta de hoja.

Por ello, tras encajar un nuevo gol en contra en el arranque de partido, confiesa el míster que es algo que, a diferencia de otros aspectos del juego, es difícil de entrenar y apela al sentido común y a la experiencia como antídoto ante un debe recurrente este curso: «Analizar y darle vueltas a todo y muchas... Esto es un fútbol. Un deporte donde hay aciertos, errores y hay veces que se producen esos errores y hemos dado vueltas a esos goles que hemos encajado en esos minutos o, sin ir más lejos, también en Villarreal la ocasión que tienen nada más empezar el partido. Son cosas que basta que incidas en ellas para que se produzcan», admite el míster.

«Hay errores que aparecen y son de difícil solución porque son toma de decisiones y la toma de decisiones no es un tema de que estoy mal ubicado o bien. Es un despeje mal, una acción evitable. Lo que hay que hacer es aprender de ellos y no volver a cometerlos», subraya el míster que tiene claro que la falta de concentración que ha costado goles en contra a los suyos es inversamente proporcional a la existencia de espacios.

«A nadie le gusta perder»

Huecos para idear en ataque que, con el marcador en contra, resulta cada vez más difícil encontrar. Y es que, a estas alturas de competición, los equipos cierran filas y se blindan tras perforar la portería contraria. Y poco importa, en muchas ocasiones, que tu juego sea más vistoso o que amases más balón que un contrario que ha golpeado primero. «Ni el rival te ha pasado por encima, ni ha sido mejor que tú y te ha ganado el partido. En el último, sin ir más lejos, a los cuarenta segundos facilitas el planteamiento del rival y se pone todo más cuesta arriba porque tienes una defensa con muchos jugadores y cuesta encontrar esos espacios. Sin ese gol, el empate no es bueno ni para uno ni para otro y el partido hubiese sido otro», reflexiona un Cristóbal que tiene muy presente que precisamente esa máxima valió tres puntos al Tenerife en un campo tan complicado como el del Oviedo la pasada jornada.

Y es que en el fútbol hay muchas variantes y una misma máxima: «A nadie le gusta perder», asevera un Cristóbal Parralo que, frente a errores y detalles en negativo, confía en sus efectivos.

«Tenemos fe en nuestras posibilidades y vamos a luchar por ello». Y va todavía un paso más allá el entrenador tranquilo que, independientemente de que la matemática les niegue la posibilidad del play off, exigirá a los suyos el mismo grado de entrega.

«No sé lo que pasará en el futuro con nosotros, pero estoy seguro que, pase lo que pase, hay que pelear hasta el último partido», indica el preparador que pondrá las notas en base a lo que vea hasta que el colegiado indique el final en la jornada 42.

«A mí no me vale que, nos juguemos o no nos juguemos, cuando salimos al campo hay que respetar la camiseta, darlo todo y entregarse», advierte un Cristóbal que todavía no ha tomado una decisión sobre su futuro.

Un asunto al que darle otra vuelta y que tocará madurar cuando acabe la temporada: «No hemos hablado de y ahora lo que toca es Tenerife y nada más que Tenerife». Quiere predicar con el ejemplo y dejar patente que es momento de tirar de madurez y sentidiño porque, a mayor solidez, mayores serán las opciones en este examen final que es una mezcla impredecible de fe y fútbol. Sin más vueltas que darle.