TKO, la empresa que nace de la fusión de la WWE y la UFC

DEPORTES

Gary A. Vasquez | REUTERS

La compañía estadounidense está valorada en 21.000 millones de euros

28 abr 2024 . Actualizado a las 23:20 h.

El deporte entendido como entretenimiento y producto comerciable es clave en la concepción de la industria deportiva en Estados Unidos. Los casos más conocidos son la NBA o la NFL. Los encuentros van más allá de un partido. En ellos influyen más elementos como la publicidad y espectáculos musicales o de baile... Una de las compañías que ha explotado históricamente este modelo comercial es la empresa de lucha libre World Wrestling Entertainment (WWE). La compañía fundada por la familia McMahon logró el pasado 2023 llegar a un acuerdo con Endeavor Inc. —propietaria de la marca de artes marciales mixtas, Ultimate Fighting Championship (UFC)— para fusionarse en un grupo empresarial bajo el nombre TKO.

¿Qué es TKO?

TKO surge de la máxima de formar la mayor compañía jamás vista en la industria de la lucha y las artes marciales. La fusión entre Endeavor y la WWE supone una capitalización de 21 mil millones de euros.

¿Quién es quién?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que el acuerdo no supone un cambio en los contenidos y espectáculos de ambas empresas. Es en la parte directiva donde se muestran los movimientos más significativos.

Endeavor posee actualmente el 51 % de las acciones, mientras que la WWE el 49 %. El cargo de CEO (en español, director ejecutivo) lo ostenta Ariel Emanuel, siendo accionista mayoritario y con el mismo cargo que ya cumplía en Endeavor. Dana White es el máximo responsable de la UFC, mientras que Nick Khan es el presidente de la WWE. Otro de los miembros ilustres de la junta directiva es el de Dwayne La Roca Johnson. El actor y luchador estadounidense tomó parte en la administración a finales del mes de enero.

¿Dónde está el negocio?

Ambas marcas beben de la expectación y el relato que generan en sus eventos. Los combates son anunciados a bombo y platillo durante semanas. Las carteleras más destacadas se refuerzan a nivel publicitario y atraen tanto al público casual como al fan más acérrimo. Ejemplo fue el combate entre Ilia Topuria y Volkanovski, con todo el seguimiento que se hizo del mismo en redes sociales. Es recurrente el caso de celebridades que se acercan a los recintos para disfrutar de ambos deportes e incluso llegan a tomar partido de las contiendas, sobretodo en la WWE.

El producto de UFC es un contenido adulto, lleno de sangre, acción y brutalidad. Los patrocinadores comparten esa esencia, habiendo desde marcas de motos hasta empresas de venta de productos elaborados con el CBD (cannabidiol). La brutalidad de las artes marciales mixtas provoca que se defina con mayor claridad el perfil del público que accede a este tipo de contenidos.

En el caso de la WWE la cosa es distinta. Para el periodista Alejandro Gómez, «el público de la WWE y de la lucha libre, en general, ha envejecido». Esto se debe, principalmente, a dos razones. Por una parte, la idiosincrasia del deporte en sí. Es un espectáculo guionizado, aunque con acción constante, que se convierte en algo de nicho al tener que hacer un ejercicio de entendimiento para el consumidor no tan asiduo. Por otra parte, la falta de flexibilidad en el aperturismo al público joven, más concretamente a la generación Z.

Con el objetivo de llegar a ese nuevo público, personajes de la cultura popular se han subido en los últimos años al encordado de la WWE. Los casos recientes más destacados son Bad Bunny y Logan Paul. En el caso del cantante su paso no pudo ser más prolífico. Aficionado desde cuna, usó al gigante de la lucha libre como promoción de su canción Booker T, a la par que participó en varias ocasiones. Las dos más recordadas son su debut en Wrestlemania 37 en el 2021 y su combate ante Damien Priest en el evento Backlash 2023 en Puerto Rico.

Logan Paul, en cambio, es un activo más dentro del elenco de luchadores de la empresa. El yutubero dio el salto a la disciplina en Wrestlemania 38 y conquistó al público más escéptico con una grandísima actuación. En la actualidad porta el cinturón de campeón de Estados Unidos, título con el que está promocionando su marca de bebidas energéticas (Prime) y la empresa WWE por cualquier plató y red social que tiene a mano.

Esta promoción transmedia es algo que ambas empresas empiezan a desarrollar poco a poco en su modelo empresarial. Un producto tan americanizado sabe en qué escaparates promocionarse. La NFL o la NBA son algunos de los escenarios donde los cinturones de campeón de UFC y WWE se han dejado ver. Patrick Mahomes (NFL) o Giannis Antetokounmpo (NBA) posaron con un cinturón de campeón personalizado tras sus éxitos deportivos. La UFC, en cambio, ofreció réplicas a la plantilla del Leicester tras coronarse campeones de la Premier League.

¿Qué sinergias se pueden dar?

En el pasado, las relaciones entre la UFC y la WWE ya existían. Muchos atletas hacían el salto de una disciplina a otra, generando una reacción mayúscula en el aficionado de los deportes de contacto. Brock Lesnar, Ronda Rousey o Shayna Bazler son algunos de los nombres que han pisado ambos rings.

Asimismo, peleadores de MMA han rendido homenaje a los peleadores. Israel Adesanya utilizó la puesta en escena, así como, el tema de entrada del mítico luchador Mark Calaway (The Undertaker, conocido en España como el Enterrador) durante el PPV UFC 276 .

Por otra parte, TKO se ha convertido en un mastodonte empresarial y de márketing que va a poder disponer de dos vestuarios repletos de estrellas para realizar documentales, eventos y demás actividades publicitarias.

¿Hay acuerdos para retransmisiones?

Como muestra del crecimiento de la compañía, Netflix emitió un acuerdo por valor de cinco mil millones de euros en diez años para hacerse con los derechos en exclusiva de la emisión del programa semanal Raw de la WWE. Este acuerdo incluye todo el catálogo de contenidos de la historia de la compañía, pasando a alojarse en la plataforma de retransmisión.