Hispania nació en 1934 y llegó a tener en su complejo de Ferrol Vello más de 400 trabajadores

La Voz

FERROL

31 mar 2009 . Actualizado a las 11:05 h.

La Hispania Fábrica de Lápices nació en 1934 con un capital de 145.000 pesetas. Su principal impulsor fue Alberto Fernández Martín, que fundó la empresa junto con otros seis socios. Según recoge el libro Construyendo Galicia. La historia de los emprendedores coruñeses en perspectiva histórica, 1707-2006 , Fernández Martín era representante de material de escritorio y advirtió la amplia demanda de lápices y plumillas, y los importantes beneficios que generaban.

En 1937 la compañía había multiplicado por tres su capital inicial y, al quedar Galicia en la zona de retaguardia, su actividad no se resintió durante la Guerra Civil. Es más, en esos años se decidió trasladar la empresa de su primitivo emplazamiento en el muelle al inmueble que se conserva en la actualidad. Fue concebido por el arquitecto municipal, Nemesio López Rodríguez, que utilizó diversos elementos del Art Deco y el Racionalismo en su fachada principal.

La empresa vivió su época dorada entre 1945 y 1959. La segunda guerra mundial provocó una escasez en todo el globo de lápices alemanes, los de mejor calidad del mercado y los mismos que fabricaba Hispania, que en 1946 tenía un capital de cinco millones de pesetas. A finales de los 50, la empresa tenía más de 400 empleados y sus productos, de gama muy variada, tenían una notable aceptación en el mercado.

Paradójicamente, el Plan de Estabilización del régimen franquista hirió de muerte a la empresa. A finales de los 60, el mercado español se inundó de lápices importados con subvenciones, procedentes de China, Taiwán o Checoslovaquia. Pese al daño a la industria autóctona, esa política se mantuvo, dice el libro el libro Construyendo Galicia. La historia de los emprendedores coruñeses en perspectiva histórica, 1707-2006 , por intereses comerciales de los allegados de un alto cargo del régimen.

La firma fue incapaz de hacer frente a la situación, pero en 1966 los propietarios pactaron con la plantilla prorrogar quince años su cierre, hasta la jubilación de los trabajadores. El 30 de octubre de 1986 se disolvió la sociedad y se vendió la fábrica. Hispania desapareció, solo queda su sede en Ferrol Vello.