Cybertruck, el modelo de Tesla con fallos de diseño que difícilmente compraremos en Europa

Iago García
I. GARCÍA LA VOZ

MOTOR ON

Aunque no existen planes de venta en Europa, Tesla mostrará el Cybertruck en 100 localidades del continente hasta el próximo mes de julio. En la imagen, en Berlín hace unos días. En España podrá verse en Madrid, Valencia, Barcelona y Málaga
Aunque no existen planes de venta en Europa, Tesla mostrará el Cybertruck en 100 localidades del continente hasta el próximo mes de julio. En la imagen, en Berlín hace unos días. En España podrá verse en Madrid, Valencia, Barcelona y Málaga EFE | CLEMENS BILAN

Sus formas angulosas resultan peligrosas en caso de accidente, sus sensores de cierre fallan y pueden atrapar extremidades, y ya ha habido llamadas a revisión porque acelera sin que el conductor quiera. ¿Pagarías 60.000 dólares por esto?

06 may 2024 . Actualizado a las 15:56 h.

Tesla fue una de las marcas de referencia en el mercado de coches eléctricos. Podemos definirla como pionera en muchos aspectos como fabricante de automóviles alimentados por baterías. Con modelos como el Roadster, lanzado en 2008, desmontó el mito de que un coche eléctrico no podía ser prestacional y divertido de conducir. Eso animó a fabricantes generalistas a empezar a desarrollar sus propios modelos eléctricos. Después demostró que este tipo de coches podían ser competitivos producidos en serie con el sedán Model S, el SUV Model X, o el Model 3, un tres volúmenes algo más pequeño. Sus coches tenían una autonomía que permitía hacer muchos kilómetros y tiempos de recarga mejores que la competencia, lo cual disparó a la compañía estadounidense con sede en Austin (Texas) tanto en ventas como en bolsa para regocijo de su director ejecutivo, Elon Musk.

Pero como dijo el escritor romántico francés Alfred de Musset, «lo difícil no es llegar, sino mantenerse». Y quizás el último lanzamiento de Tesla, el Cybertruck, una camioneta o pick-up como le llaman a este tipo de coches al otro lado del charco, tenga mucho margen de mejora. Es un auténtico mastodonte que mide 5,68 metros de largo. En su parte más alta llega casi a los 180 centímetros y su peso supera las tres toneladas. Su potencia hace que acelere en menos de 3 segundos de 0 a 100 kilómetros por hora, llegando a una velocidad punta que supera los 200 km/h. Todo ello se transmite al asfalto con unas ruedas gigantes de 20 pulgadas y su autonomía, en función de la versión, oscila entre los 500 y los 700 kilómetros sin necesidad de recargas. Además, como otros modelos de la firma americana, cuenta en su interior con una pantalla de buen tamaño que permite controlar los parámetros del coche, así como delegar ciertos aspectos de la conducción en una especie de piloto automático denominado Autopilot, que guía autónomamente el coche en algunas circunstancias.

La guinda a este cóctel la pone una capacidad de carga de más de una tonelada y puede remolcar casi cinco. El precio parte en el modelo básico, de tracción trasera, en los 58.000 dólares. Los modelos 4x4 requieren 20.000 euros más. Para un mercado como el estadounidense, que gusta de este tipo de coches de gran tamaño parece todo un acierto. Pero una cosa es lo que se piensa en un estudio de diseño y otra el uso práctico que se le da. Y ahí es donde se han encontrado errores graves de desarrollo.

El pedal del acelerador se atasca    

Hace un par de semanas la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos (NHTSA), llamaba a revisión a 4.000 de estos vehículos porque un embellecedor del pedal del acelerador podía desprenderse, haciendo que «el pedal quede atrapado en el guarnecido interior situado encima del pedal». Se quedaba atascado y por lo tanto podía acelerar el coche sin que el conductor lo accionase, provocando un accidente. El pasado 31 de marzo un usuario de Tesla lo notificó a la agencia de seguridad después de que le suciediese a él. La solución que está aplicando el fabricante es muy sencilla, siendo inexplicable que el coche saliera a la calle sin tener esto en cuenta. Basta con un taladro y un remache para solucionarlo, quedando perfectamente fijado en menos de 40 segundos.  

Sensores de cierre «cortadedos»

Una peligrosa moda se está extendiendo en los últimos días por redes sociales. Consiste en poner a prueba los sensores de cierre del maletero delantero (al ser eléctrico su motor es más pequeño permitiendo este hueco). La cuestión es que la sensibilidad del sistema está en entredicho, lo que sumado a las formas rectas de las piezas de chapa puede causar graves daños en caso de despiste. Zanahorias, calabacines y otras hortalizas cortadas de cuajo y dedos con lesiones pululan en diferentes vídeos subidos a la red.  

Una gigantesca superficie acristalada que se lleva mal con el sol

El parabrisas del Cybertruck es enorme y va colocado en una posición muy horizontal, lo que sin duda aumenta la luminosidad. Pero, con el interior totalmente negro y en verano o días muy soleados se convierte en un problema, generando incomodidad para los pasajeros en el habitáculo. Además, en la parte trasera el techo es acristalado. Poner en funcionamiento el aire acondicionado para mitigar las altas temperaturas es un hándicap en los coches eléctricos, ya que el gasto energético de la climatización reduce sustancialmente la autonomía del coche.

Rigidez estructural, un problema a la hora de absorber impactos

La solidez del vehículo, por contraproducente que parezca, puede ser un problema si tenemos un accidente. Los vehículos están diseñados con materiales y aleaciones de diferente densidad, así como con zonas en su carrocería y chasis preparadas para absorber impactos, deformándose con el objetivo de proteger a los ocupantes en su interior. Esto reduce las lesiones ya que mitiga las inercias y deceleraciones bruscas que sufre nuestro cuerpo en caso de tener un golpe a cierta velocidad. El modelo de Tesla, sometido a diferentes pruebas, se deforma menos que otros coches en impactos a la misma velocidad. Su masa, de más de tres toneladas, y las formas de sus piezas de chapa pueden ser peligrosas también para el resto de usuarios de la vía. De hecho, en este reportaje realizado por Reuters, varios expertos en seguridad señalan al vehículo como «potencialmente letal» para peatones, ciclistas y otros coches. Según Adrian Lund, expresidente del Insurance Institute for Highway Safety, «el gran problema es que si realmente hacen que el revestimiento del vehículo sea muy rígido usando acero inoxidable grueso, cuando la gente se golpee la cabeza con él, les causará más daño». Otro experto apunta la necesidad de «un mecanismo de absorción de impactos». 

Problemas de accesibilidad

El interior de aspecto futurista es uno de los puntos que muchos valoran a la hora de adquirir un Tesla. Un diseño minimalista que se agradece pero, en el caso de este modelo, son muchos los que echan en falta un detalle. Lo peculiar del diseño de su carrocería provoca que no cuente con asideros en el techo. Teniendo en cuenta su altura libre al suelo requiere cierta agilidad para subir a su interior, y sin este elemento al que agarrarse, personas con problemas de movilidad o ya mayores pueden tener difícil el acceso.

@teslatowntexas

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Mejor sin tapacubos

La estética angulosa y de gran tamaño hace diferente a este Tesla. Sus ruedas de 20 pulgadas salen de fábrica con unos neumáticos GoodYear que casan a la perfección con unos tapacubos diseñados específicamente para este modelo. Pero son muchos los dueños de Cybertrucks que deciden quitarlos, dado que sobresalen y acaban dañándose con los bordillos con mucha facilidad al aparcar.

Un coche único y diferente

Pese a los errores del modelo, es un vehículo único en su categoría y en todo el mercado del automóvil. Además de su diseño y prestaciones, hay otros dos detalles que lo hacen diferente. No lo hay disponible en ningún color. Sale de fábrica en el tono plateado del acero inoxidable con el que se fabrica y no se pinta en la línea de montaje. Un detalle que se había popularizado en la década de los 80 y que no se había vuelto a ver en un coche producido en serie. Solo el DeLorean DMC, que se hizo famoso por ser el coche de la película Regreso al futuro, había explotado este recurso. Esto hace al coche especialmente resistente y evita daños de pintura, marcas y roces. Además cuenta con un cristal blindado que, según informa el fabricante en su web, puede resistir el impacto de una pelota de béisbol a 112 kilómetros por hora.